martes, 18 de noviembre de 2008

Floridablanca



Floridablanca

Sus primeros años

Inició sus estudios en Murcia y después en Orihuela donde se graduó en leyes. Estudió abogacía en la Universidad de Salamanca, profesión que ejerció junto a su padre durante algún tiempo. Sus contactos como abogado con personajes influyentes, como el duque de Alba o Diego de Rojas, le facilitaron la entrada en el Consejo de Castilla como fiscal de lo criminal en 1766. Allí estableció una relación estrecha con Campomanes, consagrándose ambos en la defensa de las prerrogativas de la Corona frente a otros poderes y, en particular contra la Iglesia (regalismo).

En 1767 actuó contundentemente contra los instigadores del motín de Esquilache en Cuenca y colabora con Aranda y Campomanes en la expulsión de los jesuitas de los territorios de la corona española ese mismo año. En 1772 es nombrado embajador plenipotenciario ante la Santa Sede, donde influyó en Clemente XIV para obtener la disolución definitiva de la Compañía de Jesús, objetivo que alcanza en 1773. En premio a estos servicios, Carlos III le nombra conde de Floridablanca ese mismo año.

Su etapa ministerial

El 19 de febrero de 1777 toma posesión como Secretario del Despacho de Estado (especie de ministro de Asuntos Exteriores), cargo que ocuparía hasta el 27 de febrero de 1792, ocupando interinamente la Secretaría de Gracia y Justicia entre 1782 y 1790. Floridablanca orientó la política exterior de Carlos III hacia un fortalecimiento de la posición española frente a Inglaterra, motivo por el que interviene en la Guerra de Independencia de los Estados Unidos junto a Francia y las colonias rebeldes en contra de Inglaterra (1779-1783), gracias a lo cual consigue recuperar Menorca (1782) y Florida (1783). Sin embargo, no es capaz de tomar Gibraltar tras el Gran Asedio. Potenció también la amistad con los príncipes italianos de la Casa de Borbón y con Portugal (con la que firma un tratado de amistad en 1777, el tratado de San Ildefonso, por el que obtiene las islas africanas de Annobón y Fernando Poo).

Pronto se vio enfrentado al partido aragonés que encabezaba el conde de Aranda, pues Floridablanca pretendía reequilibrar las instituciones de la Monarquía dando más peso al estilo de gobierno ejecutivo de las Secretarías de Estado y del Despacho, mientras que Aranda defendía el estilo tradicional que representaban los Consejos. En esa línea creó en 1787 la Junta Suprema de Estado (presidida por él mismo), que respondía a la idea de coordinar las distintas secretarías en una especie de Consejo de Ministros, obligando a todos los secretarios a reunirse una vez por semana.

Ante esta situación, Floridablanca quiso abandonar su cargo, sin resultado, puesto que el testamento real estipulaba que el hijo y sucesor del rey Carlos III debía mantener su confianza en el Conde de Floridablanca. En 1789 el pueblo de Madrid, en múltiples panfletos, acusaba a Floridablanca de robo y de deslealtad a la Corona. Éste quiso dimitir, decisión no admitida por Carlos IV, el cual creó varias secretarias (Gracia y Justicia, Real Casa y Patrimonio) para aliviar los trabajos de Floridablanca.[1]

Antaño reformista, los sucesos de la Revolución Francesa hacen cambiar de forma radical su punto de vista político, convirtiéndose en abanderado de una fuerte reacción, que lleva al encarcelamiento de Francisco Cabarrús y la caída en desgracia de Jovellanos y Campomanes. El 18 de julio de 1790 sufre un atentado, del que escapa ileso y dos años más tarde Carlos IV le destituye y es apresado en su casa de Hellín. La subida al poder de Aranda le lleva a la cárcel en la ciudadela de Pamplona, bajo acusaciones de corrupción y abuso de autoridad. A la caída de Aranda, sustituido por Manuel Godoy, es liberado (1794). Sin embargo, Floridablanca no vuelve a intervenir en asuntos políticos y se retira a su ciudad natal, Murcia.




viernes, 24 de octubre de 2008

Consejo Europeo

Consejo Europeo

Consejo Europeo, organismo político de carácter predominantemente intergubernamental, conformada por los Jefes de Estado o de Gobierno de los Estados miembros de la Unión Europea más el Presidente de la Comisión Europea.[1] Comúnmente conocidas sus reuniones como "Cumbres europeas", no debe confundirse con el Consejo de Europa o con el Consejo de la Unión Europea. Sus oficinas se encuentran en el Justus Lipsus de Bruselas, sede del Consejo de la Unión Europea.



Historia



El Consejo Europeo se creó por decisión de los Jefes de Estado o de Gobierno de los estados miembros de las entonces Comunidades Europeas reunidos en una conferencia celebrada en París los días 9 y 10 de diciembre de 1974. La iniciativa partió del presidente francés Valéry Giscard d'Estaing y del canciller alemán Helmut Schmidt que propusieron a los otros Jefes de Gobierno institucionalizar las cumbres que hasta entonces se habían realizado de forma irregular a petición de alguno de los estados miembros y así acordaron reunirse al menos dos veces por año, y adicionalmente, todas las que fueran necesarias.
El primer Consejo Europeo se celebró en Dublín, en marzo de 1975, bajo Presidencia irlandesa de la Unión.
La primera vez que el órgano se mencionó en un tratado fue con el Acta Única Europea firmada en febrero de 1986. Fue institucionalizado, con matices, por el Tratado de Maastricht de 1991 que le dedicó un artículo en el Tratado de la Unión Europea.


Sede

En principio las reuniones se celebraban sólo al final de cada presidencia y en territorio del Estado que la ostentara, pero se fueron añadiendo reuniones extraordinarias a mediados de la presidencia que se celebraban en Bruselas, por último en 2003 y dadas las dimensiones que han tomado estás reuniones, se decidió que las reuniones oficiales se celebrasen siempre en Bruselas, donde un nuevo edifico está siendo construido expresamente para ello. La nueva sede, cuya inaguración esta prevista para 2013,[3] estara unida al edificio Justus Lipsius (que sera la sede provisional) atraves de dos pasarelas.
También se celebran las llamadas "reuniones informales", por lo general en algún lugar significativo del Estado miembro que ostenta la presidencia. La primera se celebró en Mallorca durante la presidencia española de 1995.

jueves, 23 de octubre de 2008

Parlamento Europeo





















Parlamento Europeo






El Parlamento Europeo (PE, coloquialmente también Eurocámara) es el parlamento de la Unión Europea (UE). Desde 1979, es elegido directamente cada cinco años en las elecciones europeas. Por lo tanto, es la única institución supranacional directamente elegida del mundo y el órgano representativo de alrededor de 490 millones de personas, quienes constituyen el segundo electorado democrático más grande del mundo (después de India).[1]
El Parlameto es considerada la "primera institución" de la Unión Europea: es mencionado en primer lugar en los tratados y tiene un precedente protocolario sobre todas las demás autoridades a nivel europeo.[2] Junto con el Consejo de la Unión Europea, el PE forma parte de la rama bicamerallegislativa de las instituciones de la Unión. Desde la fundación del Parlamento en 1952, sus competencias fueron ampliadas varias veces, sobre todo a través del tratado de Maastricht en 1992 y últimamente por el tratado de Niza en 2001. Sin embargo, todavía tiene menos poderes que los parlamentos nacionales en la mayoría de los Estados democráticos. Por una parte, sus poderes están limitados a las competencias entregadas a la Comunidad Europea por los Estados miembros, por lo que la institución no tiene control sobre las políticas sostenidas por los Estados en otros campos políticos. Por otra parte, su control tampoco es pleno en dos de los tres pilares de la Unión Europea: los que se refieren a la política exterior y de seguridad común y a la cooperación policiaca y judicial en materia penal. En el pilar comunitario, sin embargo, casi todas las decisiones exigen el acuerdo favorable del Parlamento que, además, es responsable de fijar el presupuesto anual de las Comunidades Europeas.
La sede oficial del Parlamento Europeo es Estrasburgo, otras sedes son Bruselas y Luxemburgo. El 20 de julio de 2004 se constituyó para su sexta legislatura. En ella, comenzó con 732 eurodiputados (oficialmente Miembro del Parlamento Europeo o MPE); desde el 15 de enero de 2007 (entrada de Rumania y Bulgaria) son 785. En la actualidad (2008), el Parlamento consiste de siete grupos y un número de diputados no inscritos. En sus respectivos países, estos diputados son miembros de cerca de 160 partidos diferentes, que en su mayoría se han unido a nivel europeo para formar partidos políticos europeos. Los dos grupos parlamentarios más grandes del parlamento son el del Partido Popular Europeo - Demócratas Europeos (PPE-DE) y el del Partido Socialista Europeo (PSE). Durante la primera mitad de la legislatura, el presidente del PE fue Josep Borrell (PSE); durante la segunda mitad, es Hans-Gert Pöttering (PPE). Según el actual tratado de la Comunidad Europea, está previsto que a partir de la séptima legislatura (2009-2014) el Parlamento ya sólo tenga 736 miembros; según el tratado de Lisboa el número será de 750 diputados más el presidente.

















Historia

















Entre el 10 y el 13 de septiembre de 1952, se reunió por primera vez, en el marco de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA), una Asamblea Parlamentaria compuesta por 78 diputados designados por sus respectivos parlamentos nacionales. Esta Asamblea prácticamente sólo tenía competencias consultativas, aunque también tenía el poder de forzar una dimisión de la Alta Autoridad de la CECA (la posterior Comisión Europea) a través de una moción de censura. En 1957, a través de los tratados de Roma, se fundaron la Comunidad Económica Europea (CEE) y la Comunidad Europea de la Energía Atómica (Euratom). La Asamblea Parlamentaria, que en este momento consistía de 142 diputados, ahora fue competente para las tres Comunidades; Robert Schuman fue elegido como primer presidente de este órgano ampliado. Aunque la Asamblea no obtuvo nuevas competencias, empezó a autodenominarse Parlamento Europeo (nombre que no fue reconocido oficialmente por los Estados miembros hasta 1986). Cuando las Comunidades Europeas obtuvieron un presupuesto propio en 1971, la Asamblea pudo participar en las decisiones sobre los gastos previstos - aunque no en el campo de los gastos para la Política Agrícola Común, que en ese momento eran cerca del 90% del total del presupuesto europeo. Este relativa insignificancia del PE hizo que, durante los años 70, obtuviera la fama de un órgano irrelevante que sólo servía para dar cargos a políticos ancianos donde ya no pudieran "molestar".









Sin embargo, a partir de los años 80 esta situación empezó a cambiar poco a poco. Si las primeras elecciones europeas directas en 1979 le dieron un mayor peso simbólico, el Acta Única Europea en 1986 significó la primera ampliación real de competencias para el Parlamento. Con el llamado procedimiento de cooperación, el PE participó en la legislación general y podía adoptar oficialmente enmiendas para los proyectos legislativos, aunque la última palabra todavía permanecía en el Consejo de la UE. Esto cambió en el próximo paso de ampliación de competencias del PE, el tratado de Maastricht de 1992. En este tratado, se introdujo para algunas materias políticas el procedimiento de codecisión, según el cual el Parlamento tenía los mismos poderes que el Consejo: todavía no podía imponer un proyecto de ley en contra del deseo del Consejo; pero éste tampoco podía decidir sin el Parlamento. Además, el Parlamento obtuvo el poder de nombrar comisiones de investigación, lo cual amplió notablemente sus posibilidades de control. En las últimas reformas en los tratados de Amsterdam 1997 y Niza 2001, el procedimiento de codecisión fue ampliado a la gran mayoría de las materias políticas de la Unión Europea. Sin embargo, en algunas materias como la Política Agrícola Común o la cooperación policiaca y judicial en materia penal, el Parlamento sigue sin tener plenas competencias legislativas. Sin embargo, en la actualidad tiene una posición legislativa fuerte al lado del Consejo.
























Presidentes del Parlamento Europeo desde 1960
























1960-1962: Alemania: Hans Furler
1962-1964:Italia: Gaetano Martino, ALDE
1964-1965:Belgica: Jean Duvieusart, PPE
1965-1966:Belgica: Victor Leemans, PPE
1966-1969: Francia: Alain Poher, PPE
1969-1971:Italia: Mario Scelba, PPE
1971-1973: Alemania: Walter Behrendt, PSE
1973-1975: Holanda: Cornelis Berkhouwer, ALDE
1975-1977: Francia: Georges Spénale, PSE
1977-1979: Italia: Emilio Colombo, PPE
1979-1982: Francia: Simone Veil, PPE
1982-1984: Holanda: Piet Dankert, PSE
1984-1987: Francia: Pierre Pflimlin, PPE
1987-1989: Reino Unido: Charles Henry Plumb, PPE
1989-1992: España: Enrique Barón Crespo, PSE
1992-1994: Alemania: Egon Klepsch, PPE
1994-1997: Alemania: Klaus Hänsch, PSE
1997-1999: España: José María Gil-Robles y Gil-Delgado, PPE
1999-2002: Francia: Nicole Fontaine, PPE
2002-2004: Irlanda: Pat Cox, ALDE
2004-2007: España: Josep Borrell, PSE
2007 (actualidad): Alemania: Hans-Gert Pöttering, PPE








martes, 21 de octubre de 2008

Europa

Europa

Europa es un continente de ocupación humana muy antigua. Hoy en día la civilización creada en torno al Mediterráneo está extendida por todo el mundo, bien como única, bien superpuesta, bien coexistiendo.
Los límites de Europa son: el cabo Norte y el casquete polar al norte; el océano Atlántico al oeste; el Mediterráneo, el mar Negro y el Cáucaso al sur; y los montes Urales y el río Ural al este. Históricamente este límite oriental se ha ido desplazando. En tiempo de los romanos fue el Danubio y más tarde el Elba, el Vístula-Dniéper y el Volga. La superficie es de 10.359.358 km2.
La idea de Europa es una construcción humana, puesto que; a diferencia de otros continentes, que tienen una unidad geográfica muy definida; Europa, en realidad, no es más que una península de Asia. Claro que eso no lo sabían los antiguos, que fueron los que dividieron el mundo en continentes. Sin embargo, en esa península se dan una serie de características comunes que la individualizan; características fundamentalmente de tipo cultural. Europa es la cuna de la civilización clásica grecolatina, una civilización que hizo del latín la lengua común hasta mucho después de que hubiese dejado de ser utilizada por el pueblo; puesto que se mantuvo en las universidades, los monasterios y la liturgia, como lengua culta y de transmisión del saber. Con el tiempo esta cultura se convertiría en el modelo civilizador de todo el mundo y llegaría a dominarlo.
Europa, por su posición en el globo terráqueo, entra dentro del dominio de los climas templados y fríos del oeste de los continentes. Son, en general, climas agradables y buenos para la agricultura actual.
El clima de Europa

El clima europeo está determinado por la posición de Europa en el globo, entre las latitudes medias y altas del norte y en la fachada occidental del continente eurasiático. Le afectan las masas de aire polar marítimo y polar continental, pero también las masas de aire tropical marítimo, y sólo en ocasiones tropical continental. La constante presencia de masas de aire marítimo hace del europeo un clima estable y agradable.
El territorio está dentro de los centros de acción de: el frente polar, que a través de la borrasca de Islandia y la corriente en chorro canaliza las masas de aire polar marítimo que llegan a Europa; el anticiclón siberiano que se instala en invierno sobre Siberia y canaliza las masas de aire polar continental, y el anticiclón de las Azores que canaliza las masas de aire tropical marítimo. Estos son los centros de acción principales, pero también hay algunos secundarios y estacionales, que canalizan masas de aire ártico o tropical continental. En las regiones centrales aparecen anticiclones térmicos en invierno, así como en ciertas regiones del Mediterráneo. En otras, como el mar de Liguria, en otoño aparecen borrascas convectivas. En muchas regiones, como en España, el relieve tiene una importancia decisiva en la definición del clima que, sin modificar los valores típicos del clima zonal, lo hacen mucho más extremo, otorgándole un alto grado de continentalidad.
Cuatro son los climas más importantes en Europa: el clima mediterráneo, el clima marítimo de la costa oeste, el clima seco de las latitudes medias, y el clima continental húmedo, pero también encontramos, en regiones del norte, el clima de los bosques boreales y el clima de tundra.
Población

Europa es un continente poblado desde antiguo e intensamente transformado. Tienen una economía capitalista desarrollada, lo que le permite beneficiarse de unas densidades de población altas y ser un país rico. Pero la población está desigualmente repartida. Nos podemos encontrar con algunas de las densidades de población más altas del mundo y auténticos vacíos demográficos. En Europa central se superan los 100 h/km2, e incluso los 300 h/km2; los países próximos están entre 50 h/km2 y los 100 h/km2; y en los nórdicos no superan los 25 h/km2, también desigualmente repartidos ya que en el norte no se superan los 2 h/km2.
Se calcula que Europa tienen, en 1991, aproximadamente 800.000.000 de habitantes, de los cuales poco más de 400.000.000 pertenecen a la Unión Europea.
A comienzos del siglo XIX éramos unos 183.000.000, y a inicios del siglo XX 400.000.000, en los años 30 llegamos a los 500.000.000, y en los años 80 llegamos a ser 800.000.000. Lo que quiere decir que el aumento de población ha sido grande y relativamente rápido. Sin embargo, en la actualidad no lo es. En este período Europa ha iniciado, desarrollado y concluido la transición demográfica.
En la Unión Europea todos los países han concluido la transición demográfica Según uno de los tipos clásicos: nórdico, centro-occidental y meridional-oriental. La mortalidad infantil es muy baja, en torno al 7‰. La fecundidad también, en torno a 1,6 hijos por mujer. Esto supone un índice de envejecimiento muy rápido, ya que la transición demográfica está recién terminada y aún viven las últimas generaciones amplias. En Europa se ha pasado de las políticas pronatalistas de principio de siglo y posguerra, a las antinatalistas de los últimos tiempos. Aunque en los años 90 se vuelve tímidamente a las políticas pronatalistas, ante la alarma social que produce la falta futura de fuerza de trabajo. Sin embargo, la baja fecundidad es una tendencia difícilmente superable. La población europea es una población envejecida, con más del 40% de la población por encima de los 65 años. Pero esto es coyuntural, ya que aún están vivas muchas generaciones nacidas con la transición demográfica.
La mortalidad ordinaria es baja hasta los 70 años. La última mortandad catastrófica por motivo de subsistencia fue la crisis de la patata en la Irlanda, a mediados del XIX y el hambre en los años 20 tras la revolución bolchevique en Rusia. Pero
también hay que contar como mortalidad catastrófica las dos guerras mundiales.
Hoy en día, en toda la Unión Europea se superan los 73 años de esperanza de vida, aunque cabe esperar que la cifra baje a medida que desaparezcan las últimas generaciones grandes de la transición demográfica.
La emigración ha sido una de las características destacables de la población Europea. Cuando la población comenzó a crecer por encima del desarrollo económico, una salida a la falta de oportunidades fue la emigración a las colonias y a los países nuevos, América y Australia. Millones de europeos emigraron en aquella época. También fue una constante la emigración del campo a la ciudad en busca de mejores oportunidades de ganarse la vida. El campo se despobló. La nueva industria necesitaba la fuerza de trabajo concentrada y desvinculada del campo. El tercer ciclo migratorio se produjo tras la segunda guerra mundial. De los países en los que sobraba fuerza de trabajo, países del sur, como España, salieron millones de emigrantes para la Europa central, que había estado en guerra.
Por último hay que señalar la corriente inmigratoria actual, desde los países del Tercer Mundo, en busca de mejores oportunidades. Un ingente río humano que la sociedad europea quiere frenar.
Política y economía

Desde la Edad Moderna, Europa ha ejercido un dominio económico, político y cultural sobre el resto del mundo. Fundamentalmente tras el descubrimiento de América en 1492. Esto implicó un desplazamiento del eje económico y comercial del Mediterráneo al Atlántico; en el siglo XVII, básicamente. Se desarrolla el capitalismo comercial y el Estado absoluto, que tratarán de controlar el mercado colonial. Pero el control no es completo y surge la piratería. Este monopolio lo ejercen, fundamentalmente, España y Portugal; sin embargo, en 1778 este sistema se cae, tras el Decreto de liberación del comercio con las provincias de ultramar: al
permitir a Inglaterra, Francia y Holanda comerciar con las Indias. El comercio nacional estaba protegido.
Pero la revolución industrial cambiará las cosas. A mediados del siglo XVIII, en Inglaterra, comienzan a utilizarse máquinas para la producción de bienes: surge el capitalismo industrial, y bajan los precios unitarios de los productos, que tienen una calidad asimilable. Inglaterra será el principal foco de producción del mundo; al que pronto le seguirán Flandes y los Países Bajos, Alemania y Francia. Se crea el proletariado industrial y se comienza la transición demográfica en los países industrializados. Pero este modelo económico cada vez necesita mayores mercados y más fuentes de abastecimiento de materias primas. A comienzos del siglo XIX se alcanza el primer equilibrio económico europeo: Inglaterra, Países Bajos y Francia, en la región noroeste, proporcionan productos manufacturados; el este de Europa y la llanura central europea cereales; y el sur de Europa, España, Portugal, Italia y Grecia, productos de lujo, frutas y verduras.
Durante este período se desarrolla extraordinariamente la burguesía, que intenta alcanzar el poder político, porque que el económico ya lo tiene. Con la Revolución francesa aparece el Estado liberal que se consolida definitivamente tras las revoluciones liberales de 1848 y 1868. Este Estado tiene una concepción diferente de las relaciones económicas, tanto nacionales como internacionales. Pretende terminar con el proteccionismo, liberalizar el comercio, poner la propiedad de la
tierra en el mercado (con la desamortización), disminuir y ordenar los impuestos y el gasto público, proteger la industria y abastecerse de todos los productos necesarios. Para ello suprimirán las aduanas interiores y creará diversas leyes que regularán el comercio, la industria, etc.; y promulgarán diversos códigos, que tienen vigencia en todo el territorio nacional. Se trata de la creación, por parte de la burguesía, de un Estado liberal y si es posible republicano.
Pero la economía entra en crisis a finales del siglo XIX (la gran depresión). La expansión de la economía y del modelo industrial por toda Europa deja pequeños tanto el mercado como las fuentes de materias primas, por lo que se hace necesario buscar otros países de abastecimiento y mercado; aparece, así, el colonialismo europeo, gracias al cual Europa difunde por todo el mundo su modelo de capitalismo industrial y su cultura. Claro que, en esta expansión, los mismos países europeos chocarán en sus intereses. Las tensiones irán aumentando hasta la primera guerra mundial.
El desarrollo del capitalismo industrial y del proletariado favorece el surgimiento del socialismo y la lucha de clases, que tendrá su apogeo en la Revolución rusa y la creación de la URSS.
A comienzos del siglo XX se alcanza un segundo equilibrio europeo. La industria se ha difundido por Alemania y los países nórdicos, en el resto de Europa es marginal. El este deja de ser el gran productor de cereales y pasa este papel al sur, que mantiene la hegemonía de los productos hortícolas.
Pero este es un equilibrio precario. La burguesía tiene una época de bonanza, mientras que el proletariado padece condiciones muy duras. En muchos países europeos se instalan dictaduras. Al final, las tensiones sociales y la crisis económica de 1929 provocarán la segunda guerra mundial.
El tercer equilibrio europeo aparece tras la guerra, con la creación del bloque socialista y la guerra fría. Hay un corte total de vínculos económicos y aparecen dos modelos antagónicos que evolucionan paralelamente y a distintos ritmos. En la Europa capitalista surgen dos ámbitos: uno industrial al norte, y otro agrícola al sur.
Durante los años 60 la industria se difunde definitivamente por toda Europa, haciendo disminuir las diferencias. Desde los años 50 se intenta crear un ámbito económico común, libre de trabas políticas. Pero este es un proceso complejo y
lento, por lo que se comienza por establecer ese mercado para algunos productos, tratando de crear regiones especializadas. En 1951 se firma el Tratado de la CECA, y en 1957 el Tratado de Roma. Lo firman los países del norte, seis, los industriales.
Lo fundamental es la desaparición de los aranceles y la adopción de una política económica común. En los años 80 entran en la Comunidad Económica Europea los países del sur, que aportan fundamentalmente su potencial agrícola. Aunque crean el problema de los excedentes, ya que, con la revolución verde, Europa es autosuficiente en productos agrícolas. En 1995 entraron los países nórdicos, también industriales, pero con toda una tradición de compensación de las desigualdades.
Agricultura
Al ser el continente europeo un país de ocupación muy antigua, la biocenosis está profundamente modificada, debido a la agricultura. La acción de la sociedad ha
transformado profundamente el medio. En la actualidad, en Europa nos encontramos con el policultivo de tipo capitalista, en el que el producto cultivado no es para consumo familiar sino para su venta en el mercado. El tipo de empresa típico es la familiar.
El tamaño medio de las explotaciones es insuficiente, mediano o pequeño, aunque permite el empleo de los insumos que proporciona la revolución verde. Son explotaciones muy capitalizadas. Sin embargo, deben ser subvencionadas para que sean rentables, en la mayoría de las ocasiones.
La agricultura europea tiene una fuerte tendencia a la especialización productiva por regiones. El paisaje agrícola forma un mosaico muy complejo de producciones especializadas. Los ámbitos ecológicos en los que se desarrolla la agricultura son muy variados y van desde la montaña a las grandes llanuras. Prácticamente todo el territorio está explotado, el 80%, agrícolamente.
En Europa podemos distinguir tres paisajes agrícolas típicos: el nórdico, de carácter seminómada y ganadero; el centroeuropeo, con un marcado contraste entre campos cerrados y abiertos, en él encontramos el policultivo capitalistas de mercado y el predominio del regadío (este modelo se remonta a la Edad Media); y el mediterráneo, en el que también existe un marcado contraste entre campos abiertos y cerrados, pero con un claro predominio de los abiertos en las regiones de
secano y de los cerrados en las regiones de montaña. Este modelo también tiene un origen medieval, en el que encontramos influencias árabes, sobre todo en las técnicas de regadío, como el uso de la noria. El paisaje mediterráneo se caracteriza por la trilogía productiva de trigo, vid y olivo, pero, también, es primordial el policultivo hortícola, de gran variedad, en el que predominan los cítricos.
En todos los modelos europeos tiene gran importancia la ganadería, más en el pasado, cuando la ganadería era fundamental para el abono de los campos. Hoy en día, las tierras de labor y las granjas de ganado están totalmente separadas y localizadas en diferentes regiones. En general, las explotaciones agrícolas están en países de poca densidad de población y de campos abiertos, mientras que las granjas se localizan relativamente cerca de las grandes aglomeraciones de población, próximas a los mercados. Son explotaciones sin tierra en las que el ganado está estabulado permanentemente, y cuyos residuos generan contaminación.
La agricultura europea ocupa a muy poca población activa, sobre todo tras el éxodo rural y la concentración parcelaria, que permitió reducir la población que vive del campo y aumentar el tamaño de las explotaciones. Sólo un 8% de la población activa trabaja en el campo, y la agricultura supone sólo el 4% del PIB.
Aunque asociada a la agricultura está la industria de transformación alimentaria.
La política agraria común es claramente contradictoria, ya que, por un lado, trata de potenciar sólo aquellas explotaciones que son viables económicamente, para lo cual han de tener un tamaño mínimo y una productividad mínima, por otro lado multa a los agricultores que son muy productivos, por crear excedentes, y por otro lado, pretende conservar, subvencionando, las explotaciones más pequeñas y de subsistencia; para conservar un tipo de vida que está desapareciendo, y que en la actualidad sólo se conserva en las montañas y en las regiones más pobres: convirtiendo a estos agricultores en auténticos jardineros del monte.

lunes, 20 de octubre de 2008

America Del Norte

América del Norte

América del Norte (o Norteamérica) es un subcontinente que forma parte de América, situado en el Hemisferio Norte, y casi por completo en el Hemisferio Occidental. Limita al norte con el Océano Glacial Ártico, al este con el Océano Atlántico, al sureste con el Mar Caribe y al sur y al oeste con el Océano Pacífico. Está unido a América del Sur por el estrecho puente territorial que representa Centroamérica. Cubre un área de aproximadamente 23.752.692 km², aproximadamente el 4.8% de la superficie del planeta. En octubre de 2006 su población estimada era de más de 439.000.000 habitantes. Si se lo considera como un continente, es el tercero en términos de área, después de Asia y África, y el cuarto en población después de Asia, África y Europa.


Historia


A la llegada de los europeos, América del Norte estaba poblada por etnias indígenas provenientes de inmigraciones asiáticas a través del Estrecho de Bering.
La colonización europea del Norte —por orden cronológico: española, francesa e inglesa; consistió básicamente en el avance progresivo desde la costa oriental hacia el oeste. En líneas generales, ese avance llevó aparejado la marginación e incluso el exterminio de las poblaciones indígenas, hasta confinar a los sobrevivientes en reservas situadas en las zonas más improductivas y estériles del territorio.


Clima y vegetación


La vegetación y el clima en Norteamérica es muy variado, cuenta con la mayoría de los climas del mundo. En el norte se encuentran tundras árticas (Ej. Groenlandia, Yukón), pasando por una gran variedad de bosques (Ej. Montañas Rocallosas, Apalaches y las tres Sierras Madre), desiertos (Ej. Pinacate, Zona del Silencio), llanuras (Grandes Llanuras, Comarca Lagunera), manglares (Ej. Louisiana, Tabasco), etc. Grosso modo, la vegetación asociada a ellos es la típica del imperio Holoártico, en el norte, y del imperio Neotropical, en el sur. La frontera entre ambos imperios se sitúa en torno a los 40º N.


Geografía humana

Los idiomas más extendidos en América del Norte son el inglés, el español y el francés. El término Angloamérica es usado algunas veces para referirse a los países anglófonos de todo el Continente Americano. El término América Latina se refiere al área de América en donde las lenguas romances (derivadas del latín) predominan. Ambos términos pueden ser empleados para el Subcontinente Norteamericano.
El idioma inglés es la lengua común en Estados Unidos y mayoritario en Canadá. Tambien es el idioma oficial en las islas Bermudas que son una dependencia británica.
El idioma francés históricamente ha jugando un papel importante en América del Norte y se mantiene presente en varias regiones. En Canadá, es el idioma oficial de la provincia de Quebec además de ser uno de los dos oficiales en la provincia de New Brunswick. Frente a la costa de Terranova, las islas de San Pedro y Miquelón son dependencias francesas, y en el estado de Louisiana (al sur de Estados Unidos) quedan pequeñas comunidades bilingües (francés e inglés).
El idioma danés junto con el idioma groenlandés son las lenguas oficiales en Groenlandia.
Demográficamente, el subcontinente es racial y étnicamente diverso. Los tres principales grupos étnicos son los blancos, los mestizos y los negros. Existen importantes minorías de amerindios y de personas provenientes de Asia.



viernes, 17 de octubre de 2008

Tecnica de Subrayado

¿QUÉ SE DEBE SUBRAYAR?
Sólo se debe subrayar lo fundamental y que ordinariamente se halla contenido en una idea principal, que puede estar al principio, al final o en medio de un párrafo. Más que la palabra, hay que buscar ideas.
También es bueno subrayar,las palabras específicas o técnicas del tema objeto de estudio, así como datos relevantes que contribuyan a la comprensión del texto.


¿CUANTO HAY QUE SUBRAYAR?
Si sólo interesa lo fundamental basta con subrayar las palabras que contienen la idea básica y también algunas palabras secundarias que refuerzan, amplian y enriquecen la principal.


¿CUANDO SE DEBE SUBRAYAR?
No se debe subrayar en la primera lectura.
Las personas experimentadas en la lectura comprensiva pueden realizar el subrayado en la segunda lectura realizando incluso anotaciones.
Las personas menos entrenadas necesitan una tercera lectura para encontrar la idea general.


¿POR QUE ES CONVENIENTE SUBRAYAR ?
Es una técnica de análisis que permite organizar y comprender el texto.
Ayuda a fijar la atención.
Favorece el estudio activo.
Se incrementa el sentido crítico de la lectura
Es extraordinario para repasar mucha materia en poco tiempo..
Desarrolla la capacidad de análisis.


TIPOS DE SUBRAYADO
Lineal
Estructural
De realce